sábado, 15 de enero de 2011

Feelings

Sentir como caes al vacío, escuchar el seco sonido de algo que se rompe, las lágrimas saladas recorriendote la cara y de las cuales no te das cuenta hasta que llegan a tus labios, y el hielo bajo tus piernas, destrozando lo poco que queda de ti.
Se vislumbra algo blanco que ha destrozado tus mallas, y cuando te quieres dar cuenta descubres que es tu hueso, y entiendes que nunca jamás te habías visto tan destrozada como en ese momento.
¿Qué es lo que se siente?

Miedo.
Pánico...
Diez años sin subirme a unos patines, diez años sin volver a pisar una pista de hielo, sin sentir el frío en los dedos y la piel erizada tras la cabeza.
Cierro los ojos, decido que ahora que todo está cambiando es un buen momento para plantarle cara al pasado.

El primer paso es el más difícil, y me tiembla el alma al contacto con el hielo, cierro los ojos y poso el otro pie, se que ya no hay vuelta atrás, YO no quiero dar marcha atrás.
Me agarro a la barandilla y las rodillas me impiden moverme, la cicatriz me arde como un mal presagio.
Avanzo con lentitud, parece que este sola pese a que casi hay que empujarse para avanzar, y al fin me suelto y me dirijo lenta a la mitad de la pista.
Una vez, y otra, un pie ante el otro, las manos sueltas, el pelo rizándose tras mi oreja.

Es...como un orgasmo, te agarra el estomago, tienes ganas de gritar, el frío parece no llegar a rozarte si quiera, las ganas de saltar y dejarte desvanecer por el viento, la sensación de volar sin necesidad de avión, el momento en que te curvas hacia un lado y todo tu cuerpo sigue la procesión de tus piernas, el vaivén de tus brazos al ritmo de tus caderas, la sonrisa estúpida provocada por la libertad desesperada.

Sentía como mi pelo se arremolinaba suavemente, como mi pecho latía con furia, como perdía el miedo, la incomprensión, la angustia, todo el dolor que algún día sentí y aun hoy me atormenta se desvanecía por momentos.

Era solo yo, como siempre lo fui, como si estos diez años solo hubiese vivido una pesadilla.

Era solo yo, libre, segura, tranquila, enamorada, volando, dejándome llevar, creyéndome reina de mi mundo, sintiéndome poseedora de tal valentía que incluso podría haberme comido el mundo por unos fugaces segundos.

Y se desvaneció, se acabó el patinar, y aun así...el sentimiento sigue aquí, y me pregunto cuantas cosas más podrá regalarme...porque la noche es muy larga para averiguarlo.

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