martes, 30 de noviembre de 2010

Increíble

Se dejó arrastrar entre la muchedumbre tapando su rostro con la capucha.
Victor casi la hacía planear por el suelo a causa de la velocidad con que tiraba de su mano, y ella estaba encantada con ese sentimiento.
Sentía el corazón totalmente enloquecido, la respiración casi le quemaba los pulmones por el vaivén frenético del aire helado dentro de ellos.
Tardaron poco en dejarlo todo atrás, muy lejos a su espalda, entonces él la empujó contra la pared y sin dejarla tomar una sola bocanada de aire la besó hundiéndole los dedos en el pelo.
Marta a penas podía sentir los piernas, los dedos fríos de sus manos, las mejillas heladas y enrojecidas, pero algo estalló en su pecho.
Un fuego abrasador la invadía rápidamente lamiendo cada rincón escondido de su cuerpo, le abrazó, primero suavemente, después arañó su espalda.
Los pocos segundos que separaban sus bocas para coger aire los utilizaban para besarse el cuello, ella incluso apremiaba ese momento para morderle la oreja, susurrar sus deseos, deslizar cada vez más abajo sus manos.
Un jadeo. Una mirada. Fuego.
Sin saber donde acababa uno y empezaba el otro, ardiente deseo cubriendo la calle, solo ellos dos en medio del apogeo deseando arrancarse la piel...y comerse a besos.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Me pregunto...

Imagina hablar por primera vez con una persona, alguien a quien ves con una risa constante y del que no sabes nada excepto el nombre.
Imagina que un día estás triste, hundida, pero aun así él consigue animarte a que salgas por la noche y lo olvides todo.
Con un beso.
Como si fraccionase parte de su sonrisa para regalártela a ti y su lengua la pegase contra tus labios.
Te tiemblan las piernas, y no sabes si es por la sorpresa o por el calor que ha comenzado a recorrerte desde los labios hasta la punta de los pies.
Jamás te habían besado con tal intensidad, y a penas sabes donde colocar los brazos para no terminar de pegarlo contra tu pecho.
Decides que no es tan malo pasar página, y pese a que no entiendes como de repente todo haya podido desaparecer, te dejas llevar.
El titulo de tu nueva historia lleva su nombre, pero no lo firmas, decides simplemente dejar que los días pasen, dejar que todo fluya como deba hacerlo, no anticipar cosas, solo disfrutarlas.
Y te encuentras viviendo plenamente, gracias a él.
A quien nombras "Rey de las sonrisas" en tu reino inventado.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Querido reino...

El cielo de los deseos la esperaba ansiosa, ella tan solo tuvo que trepar la escalera de las promesas con su estrella en la mano, atarle un cordel y colgarla en aquel enorme tapizado azul junto al resto de deseos que los pobladores del reino habían creado en sus corazones, no sabia porque, pero antes de dejar allí su anhelo con olor a chocolate y caricias lo besó en cada una de sus cinco puntas, repitiendo aquel deseo para si misma “Ojalá él venga un día a conocer este reino” y se bajó con cuidado de la escalera mientras su mente era invadida lentamente por los recuerdos de tiempos que aun no pasaron, algunos lo llamarían imaginación, ella lo apellidó predicción y se lo pintó en la sonrisa con un pincel de esperanza diluida en entusiasmo mientras volvía a sus tierras y leía en su cartel de entrada “BIENVENIDOS AL REINO DE LO ABSURDO”

domingo, 21 de noviembre de 2010

Buenas tardes mundo.

Como decía uno de mis libros favoritos..."nunca es tarde para comenzar de nuevo, puede quedarnos solo un día de vida...pero ese último día será totalmente distinto, tal y como deseemos que sea".

Pues este es un nuevo comienzo, sin lágrimas, ni engaños...sin segundas intenciones ni arrepentimiento de alguna clase, sufriendo en las pocas ocasiones que se deba sufrir, sonriendo siempre que se pueda, y por supuesto...aprendiendo a confiar de nuevo en lo que ya parecía imposible tener fe.

De nuevo entrando al mundo del Absurdo por la puerta grande, con los mismos personajes, Liz, Noia, Marta, la princesa del mundo monocromático, Tallulah...y quizás con nuevos personajes que deberán mostrarse uno por uno ellos mismos, porque aun no alcanzo a imaginarlos.