sábado, 7 de mayo de 2011

Rencores

En el pasado conocí a alguien que creí que me haría saber lo que era el odio, sin embargo hoy la veo como a una igual, una bonita chica desvalida que ha perdido lo que más quería y que no encuentra fuerzas para buscar una nueva felicidad.
Durante mucho tiempo creí que por su culpa mi vida se había convertido en un infierno, arrebatándome la amistad que más quería y poco después al hombre con el que yo misma compartía mis sonrisas.
Sin embargo...en nuestro camino encontramos personas que nos completan.
Y ella es una de esas personas.
No hablo con ella nunca, y cuando nos encontramos por la calle evitamos la mirada, pero descubrí en ella una grandísima escritora, y un corazón enorme pese a las malas maneras de cuidarlo.
Conozco la sensación que debe estar ahora agazapada en su pecho, el miedo a no volver a encontrar el amor, el calor de alguien que la refugie entre sus brazos y le diga que todo irá mejor, pero si algo he aprendido desde que la conocí hasta ahora es que es una mujer fuerte, y que las cosas siempre pasan por algún motivo.
Lo único que podría decirle si me leyese o escuchase es "animo", nada que no le hayan dicho los demás, pero con un aliciente nuevo, y es que todo cambia siempre a mejor, por muy oscuro que se vea el camino, los amigos están ahí para poner luces a tus pies y que no te pierdas.

viernes, 6 de mayo de 2011

¡Te voy a alegrar el día!

No sabe como, pero el corazón le da un tumbo y está segura de que alguien está pasándolo mal.
Se abraza el pecho y conversa consigo misma en busca de aquel que necesita de una sonrisa...y lo haya en unas palabras mudas escritas en papel mojado.
Se siente afligida ante el dolor ajeno, el miedo, la incertidumbre, las ansias de libertad, y se pregunta como alguien es incapaz de avanzar hacia lo que desea.
Sin embargo sonríe ante la certeza de que ella podrá darle parte de su felicidad y hacerle sentir bien con algunas palabras sinceras y un dulce abrazo, de esos que te recuerdan que no estás solo y que las cosas nunca son tan complicadas como crees que lo son.
Se viste y se ríe estúpidamente pensando la cara que pondrá cuando de repente salte en sus brazos y le de aquello que hace mucho que nadie le da con tantas ganas.
Desea que se cumpla su esperanza, en la que él sonríe como siempre y le acaricia la cabeza dándole las gracias con la mirada, porque las palabras nunca se le dieron bien.


"Muchas veces los único que nos hace falta es alguien sincero que sepa sonreirnos de esa manera única que hace desvanecerse a nuestros problemas"