No sabe como, pero el corazón le da un tumbo y está segura de que alguien está pasándolo mal.
Se abraza el pecho y conversa consigo misma en busca de aquel que necesita de una sonrisa...y lo haya en unas palabras mudas escritas en papel mojado.
Se siente afligida ante el dolor ajeno, el miedo, la incertidumbre, las ansias de libertad, y se pregunta como alguien es incapaz de avanzar hacia lo que desea.
Sin embargo sonríe ante la certeza de que ella podrá darle parte de su felicidad y hacerle sentir bien con algunas palabras sinceras y un dulce abrazo, de esos que te recuerdan que no estás solo y que las cosas nunca son tan complicadas como crees que lo son.
Se viste y se ríe estúpidamente pensando la cara que pondrá cuando de repente salte en sus brazos y le de aquello que hace mucho que nadie le da con tantas ganas.
Desea que se cumpla su esperanza, en la que él sonríe como siempre y le acaricia la cabeza dándole las gracias con la mirada, porque las palabras nunca se le dieron bien.
"Muchas veces los único que nos hace falta es alguien sincero que sepa sonreirnos de esa manera única que hace desvanecerse a nuestros problemas"
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