Marta no le interesa.
Para él no es más que "una", que le sonríe, que le besa, que da todo lo que puede por él.
Para él no es nada, a penas una lágrima en el inmenso mar que desea conquistar.
Y Marta lo entiende, y agacha la cabeza, y le deja continuar navegando, deseando el resto de agua que pueda recoger entre sus manos.
Muchos intentaron recogerla a ella, y sin embargo se escabulló entre las grietas más ínfimas para poder volver a la soledad de su amor.
Porque nada sabe tan agrio y dulce a la vez como la lucha por lo que realmente necesitas.
Nada llena tanto y deja tanto vacío, como quererle a él mientras ella deja de existir...poco a poco.
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