viernes, 17 de diciembre de 2010

Comprensión

Al fin Marta entiende que tiene de malo.
Se encuentra de frente con ella, la ve reír, como se mueve, como se viste...se da cuenta irremediablemente de la diferencia abismal entre las dos.
Ella es preciosa, se viste realmente como una mujer, su mirada es profunda y hechizante, Marta nunca podrá competir con eso, se viste siempre con lo primero que encuentra, y el haber crecido en compañía de solo de chicos no la ayuda demasiado a la hora de aparentar feminidad.
Sí, seguramente a la hora del sexo pueda asemejarse un poco a algún ideal predispuesto, pero no es eso lo que busca...
Se encuentra una lágrima cayendo triste por la mejilla y la seca rápidamente creyéndose una imbécil. ¿Cuánto hace que no le dicen "te quiero"? ¿Alguna vez habrá sido de verdad?
Está afligida, no quiere los besos tiernos que él le da, no quiere dormir enlazada en su cuerpo, empieza a detestar que la llame guapa o que la abrace.
Y no odia todo eso porque no le guste, sino porque él jamás se dará cuenta de que nadie se ha comportado tan bien con ella, y no le dará más importancia, no le dirá que la quiere jamás, porque nunca lo sentirá, porque Marta jamás será más que un juguete, entretenimiento casual aderezado de cariño para hacerla sentir un poco más útil.
Y él ni siquiera la deja soñar...ni siquiera eso...

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