viernes, 1 de abril de 2011

¿Un café para llevar?

Despierto sonriente y te busco con los ojos cerrados a mi lado en la cama, pero en tu lugar solo encuentro soledad.
Me doy la vuelta triste y cabizbaja y me pregunto en que momento te fuiste, si volverás, o si todo fue un sueño.
Abro la ventana para que el calor de la noche se filtre con el resto del mundo, lejos de mi, y entonces me recuerdo a mi misma que debería vestirme antes de acercarme a los cristales que dan a la calle.
Me meto en la ducha y el agua fría me recorre, despertando cada centímetro de mi anhelante piel, me recorro lentamente con la esponja apretando con fuerza para olvidar momentáneamente el roce de tus dedos sobre mi.
Al contrario de lo que pueda dar a entender, no te odio, te extraño, y ese sentimiento me ahoga como una soga al cuello.
No puedo sino soñar con el día en que me esperes al despertar, tumbado a mi lado, sonriéndome como también yo lo hago.
Salgo de la ducha y me pongo ese turbante que tanta gracia te hace, por un momento me imagino estar de viaje, en algún sitio cálido, como Egipto.
-¡Vayamos a ver las pirámides!- Te grito, sin darme cuenta de que estoy sola.
"Bueno" pienso "Se lo diré después", y es que al fin de cuentas se que no tardarás en llegar, has oído mi primer suspiro de la mañana pese a vivir lejos de mi, y eso te ha despertado, no tardarás en llamarme o buscarme por el msn, no pasará más de media hora antes de que te bese de nuevo.
Porque es magia, que estemos conectados de esta manera...¡y sin necesidad de una trenza con tentáculos!
Donde otros ven "ñoñerías" yo veo un sueño, y tú eres el culpable de que se cumplan...día a día.




1 comentario:

  1. No suelo comentar tus textos pero esta vez dire una cosilla, asi sin importancia..."Te veo"(L).

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